Ricardo Paredes, militante y fundador del Partido Comunista Ecuatoriano, nacido en Riobamba en 1898. Su pensamiento y su accionar, tanto médico como político, estarán marcados por siempre haber trabajado por transformar las condiciones de vida de los grupos excluidos del país. Ricardo Paredes así se convierte en un referente para todos quienes queremos transformar las estructuras sociales, políticas y económicas del Estado. Su militancia estuvo siempre haciendo frente y levantando una voz crítica ante los gobiernos de la época, que habrían generado las condiciones sociales de desigualdad y precarización de la vida de la población ecuatoriana.
Así las cosas, Paredes dedicará su vida a una militancia siempre cercana a los sectores más populares. Por un lado, el ejercicio de la medicina le acercó a la realidad quiteña, en la que la mayoría de la población no tenía acceso a la salud pública y las condiciones de insalubridad estaban directamente relacionadas con la pobreza y el abandono a los sectores más pobres; incluso esta gran mayoría, al carecer de recursos económicos acudían a Ricardo Paredes, quien siempre estuvo dispuesto a brindar sus servicios sin cobrar por ello.
De la misma manera, su vida política se centró en los principios del marxismo, bajo los cuales sustentó la necesidad de transformar la estructura económica del Estado liberal, con el gobierno del presidente Gonzalo Córdova. Al ver agudizadas las precarias condiciones de vida de las clases populares, los trabajadores e indígenas, el 16 de septiembre de 1924, Ricardo Paredes, junto a otros militantes socialistas, deciden conformar el grupo Antorcha, que más tarde comenzarán a publicar un semanario para difundir sus ideas y proclamar la necesidad de levantar un Partido Socialista, para “combatir por los derechos del proletariado”. Así quedarán sentadas las bases para la creación del Partido Comunista Ecuatoriano.
Además, Ricardo Paredes también es un referente a nivel latinoamericano y mundial, fue él quien, durante la III Internacional Comunista acuñó por primera vez la tesis de “los países dependientes”, para referirse a Estados, como el ecuatoriano, que contaban con características sociales y económicas particulares, por las que no encajaban dentro de la visión soviética de países coloniales. Paredes así establece importantes bases teóricas para analizar la relación de las naciones latinoamericanas con Estados Unidos, y por tanto con el imperialismo.
Con estos tres elementos expuestos hasta aquí, desde su posición como médico, político e intelectual, es posible vislumbrar la importancia de retomar el nombre del camarada Ricardo Paredes, quien jamás se alejó de los principios comunistas revolucionarios. Su vida, su obra y su legado serán fundamentales para comprender parte de la historia de la lucha de clases en el Ecuador, pues este hombre siempre tomó conciencia de las condiciones de vida de las clases más necesitadas y entregó su vida a transformarlas en condiciones más dignas. Pero lo que resulta realmente importante es que Ricardo Paredes nos demuestra que cada trinchera, desde donde podamos actuar como médicos, docentes, estudiantes o amas de casa, jamás debemos alejar nuestros principios de la vida misma. Ricardo Paredes hizo personal la militancia y viceversa, su práctica y su teoría son inseparables, sus principios inclaudicables y su vida el comienzo de una lucha que no podemos abandonar.




