La victoria de la Unión Soviética y los Aliados sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial se alcanzó el nueve de mayo de 1945. Desde entonces este día se denomina el Día de la Victoria.
La Alemania nazi, representada por el mariscal de campo Wilhelm Keitel, firmó la capitulación incondicional el nueve de mayo de 1945 ante el mariscal de la Unión Soviética Gueorgui Zhúkov y los demás comandantes de las tropas aliadas.
A la Unión Soviética se le debe el papel principal en la derrota de la Alemania fascista. Los soldados soviéticos no solo defendieron su país, sino que liberaron Europa de los invasores y llegaron a Berlín, logrando que el enemigo definitivamente depusiera las armas.
Algunas ciudades rusas desempeñaron un papel destacado en la lucha contra el fascismo: actualmente son veintisiete las que ostentan el título de Ciudad Héroe y treinta el de Ciudades de Gloria Militar. El nueve de mayo tradicionalmente se organizan desfiles militares con la presencia de veteranos, se colocan coronas de flores en la tumba del Soldado Desconocido.





