El cambio climático y sus promotores

c. Vladimir Albornoz

Comisión Nacional Ideológica

Partido Comunista Ecuatoriano

EEUU y el cambio climático.

Hoy, 1 de diciembre, la Cámara de Representantes estadounidense, de mayoría republicana, votó por la anulación del tibio Clean Power Plan de la administración Obama, que busca reducir de aquí a 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero de la potencia del norte de América en un 32% con respecto a los niveles de 2005, y como es habitual en los planes yanquis, concede “flexibilidad” a los Estados para alcanzar este objetivo.

De entrada, la decisión de la derecha parece un abierto desafío a la preocupación del mundo por los efectos dañinos que están provocando los gases de efecto invernadero sobre la vida de pueblos completos. Pero lo hace de manera hipócrita, en nombre de la subsistencia de la industria del carbón que en su opinión, sería “apuñalada en el corazón”.

No es la primera vez que los mayores causantes de la contaminación dan la espalda al planeta. Antes debieron acatar el Protocolo de Kioto de 1997. Allí Washington se comprometió a reducir sus emisiones en un 6%. Pero a poco rompieron su oferta y sus emisiones de dióxido de carbono crecieron en 15%, respecto de los niveles de 1990. En marzo de 2001, George W. Bush anunció que no ratificaría el protocolo argumentando que perjudicaba a la economía de su país.

El Departamento de Defensa de EEUU es el mayor consumidor de petróleo y emisor de gases de efecto invernadero, si se compara el consumo de petróleo del Departamento de Defensa de EEUU con el consumo total por país, sólo 35 países superan ese volumen. EEUU, a su vez, es el principal emisor histórico global y consume 25% de la energía en el mundo. Aun así, sus fuerzas armadas no reportan emisiones. En 1997, durante la negociación del Protocolo de Kyoto, EEUU consiguió que se declare el consumo y emisiones de las fuerzas armadas un tema de seguridad nacional, que no se puede limitar ni reportar.

Las fuerzas armadas y las guerras son uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero, y por eso causantes del cambio climático. Las sangrientas guerras por petróleo y por control de los territorios que lo tienen –como Siria– son su escenario favorito. Guerras por petróleo que causan el cambio climático, petróleo que sostiene las guerras que se exacerban con el caos climático y reclaman más petróleo.

Los problemas del mundo causados por el calentamiento global.

Las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento “superan sustancialmente las concentraciones más altas registradas en los núcleos de hielo durante los último 800.000 años”, señaló el IPCC.

Basada en un estudio realizado en el mundo, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estableció que el número medio anual de desastres causados por todo tipo de amenazas naturales, incluidos los eventos relacionados con el clima, casi se ha duplicado desde la década de 1980.

El incremento “afecta sobre todo al sector agrícola de varios países en desarrollo” y aumenta “la inseguridad alimentaria”. Según el informe, cerca del 25% del impacto económico negativo recayó sobre la agricultura, la ganadería, la pesca y la silvicultura. El daño económico causado por los desastres relacionados con el cambio climático en el mundo, entre 2003 y 2013, se acerca a los $ 1,5 billones de dólares. Cantidad que pudo ser usada en la construcción de infraestructura, servicios sociales u otras obras de bienestar, dice la FAO.

Un nuevo informe del Banco Mundial muestra que debido al cambio climático más de 100 millones de personas podrían quedar por debajo del umbral de la pobreza en el año 2030. Y las regiones más pobres del mundo (África subsahariana y Asia meridional) serán las más afectadas. Además, el cambio climático aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua como malaria. Tal vez, más de 150 millones de personas podrían sufrir malaria con un calentamiento de 2 a 3 grados de temperatura.

El negativo impacto en Ecuador y los esfuerzos para contrarrestarlo.

El sabio alemán Alexander von Humboldt situó el inicio del glaciar del Chimborazo a 4.814 m. de altitud. En 2012 tuvieron que subir hasta los 5.270 m. para encontrar hielo.

A finales de la década del 80, Ecuador tenía 92 km² de superficie glaciar. En 2010 disminuyó a 42 km² y se estima que en 2015 quedará en 38 km². El hielo pierde espacio. La tasa de retroceso de los Andes tropicales ecuatorianos es de unos 25 metros de longitud anuales.

Es una pérdida de entre 30% y 50%, similar a la de los glaciares de Bolivia, Colombia y Perú. El deshielo de esos glaciares es quizás la evidencia más crítica del calentamiento global y la actividad humana, en especial por las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a niveles industriales.

La tasa de emisión media per cápita de las naciones ricas es de 12,8 toneladas de CO2, mientras que en la mayoría de los otros países, la huella anual per cápita es de 2 toneladas. China y EEUU son los países que más contaminan en el mundo; el primero emite al menos 6,8 toneladas de CO2 per cápita al año y el segundo unas 16,9 toneladas por habitantes, según un informe de la Universidad de Yale.

El inventario nacional de GEI (gases de efecto invernadero) al año 2010, estableció que Ecuador emitió 71,8 millones toneladas de CO2 equivalente, cantidad relativamente baja al compararse con las emisiones mundiales que ascienden a 49.000 millones de toneladas de CO2 equivalentes para ese año, puesto que representa apenas el 0,15% de emisiones mundiales.

A pesar de ello, las metas de Ecuador son ambiciosas, por ejemplo, va a reducir sus emisiones en el sector energía en 20,4% o 25%. También producirá el 92% de energía limpia de hidroeléctricas hasta 2017, y aumentará la proporción de energía renovable en la matriz energética aún más hasta 2025.

Crecerá la capacidad adaptativa de al menos 50% de los cantones más vulnerables del territorio nacional, establecerá sistemas de alerta temprana y gestión de riesgo en todos los órdenes de gobierno y alcanzará una tasa cero de deforestación. Es decir, restaurará 500.000 hectáreas de bosque hasta 2017, aumentando en 100.000 hectáreas por año hasta 2025.

El aporte de Ecuador también se expresa en la aprobación derechos de la naturaleza de una nueva Constitución, las metas y acciones concretas en la planificación nacional de conservación y sustentabilidad ambiental, el histórico juicio contra Chevron,[1] la propuesta  del impuesto Daly-Correa, los mecanismos de emisiones netas evitadas, entre otros.

Efectos previsibles.

El cambio climático tendrá un costo muy alto. Cientos de millones de personas serán desplazados en el 2050. Millones de personas y miles de millones en activos están en riesgo en las ciudades costeras. Algunas pequeñas naciones insulares podrían desaparecer. Enfermedades tropicales se propagarán a zonas ahora templadas. Hoy en día, 1.600 millones de personas en todo el mundo ya sufren escasez grave de agua y el problema se agravará. Los huracanes serán más violentos y húmedos. Lugares históricos del mundo como Venecia o San Petersburgo pueden desaparecer. Disminuirán las cosechas de maíz, trigo, uvas. La pesca se reducirá hasta un 50% en varias regiones. Los arrecifes pueden desaparecer. Los largos estiajes harán que las regiones secas sean más secas todavía.

Desde la Revolución Industrial, el mundo capitalista opera sin escatimar los recursos naturales, por lo que Ecuador insiste en la creación de una Corte Internacional de Justicia Ambiental. Se necesita una reforma regulatoria para que las normas reflejen los efectos de cada empresa en su entorno.

Porque es connatural al capitalismo, el 10% de la población más rica genera la mitad de las emisiones de combustibles fósiles causantes del calentamiento global, mientras que la mitad más pobre contribuye en un 10%, indicó un informe reciente de Oxfam.

En los últimos 50 años, se degradaron 60% de los servicios y bienes que prestan los ecosistemas naturales, como agua potable, fibras, alimentos, regulación del clima, control de las inundaciones y tratamiento y purificación de las aguas. La crisis climática del siglo XXI se debe a solo 90 compañías que generan entre ellas dos tercios de las emisiones de los gases del efecto invernadero, según calcula el Instituto de Responsabilidad Climática, del Estado de Colorado de EEUU.

Según la cifra del líder del estudio, Richard Heede, las emisiones industriales desde el año 1751 han sido 1.450 gigatoneladas globalmente. La mitad de estas emisiones se produjeron en los últimos 25 años, mucho después de que los Gobiernos y las corporaciones comprendieran que los gases de efecto invernadero provocan el cambio climático, acentúa el investigador. [2]

83 de las empresas responsables se dedican a la producción de petróleo, gas o carbón. Las siete restantes son productoras de cemento. Muchas de estas compañías están, además, sentadas en importantes reservas de combustibles fósiles que, si se queman, pondrán el mundo en mayor riesgo de un cambio climático, advierte Heede.

50 corporaciones de la lista del Instituto son privadas, siendo ChevronTexaco, el mayor causante de las emisiones, responde por el 3,5% de los gases. Exxon está en segundo lugar, con el 3,2%. Le sigue BP, con el 2,5%. Las industrias restantes son o estatales (como Saudi Aramco de Arabia Saudita o Statoil de Noruega) o las administran los Gobiernos.[3]

Un nuevo estudio de científicos chinos y británicos demuestra que un calentamiento global hace 250 millones de años causó la extinción más grande en la Tierra, que convirtió al Planeta en un desierto durante 5 millones de años.

Hoy el mundo deposita sus esperanzas en la COP21 (acrónimo en inglés del cónclave mundial contra el calentamiento ambiental), evento en el que participan 50.000 delegados de más de 190 países y es una de las mayores conferencias organizadas jamás para tratar uno de los problemas más sensibles para la pervivencia del género humano.

Quito, 01-12-15

[1] Chevron, entre los años 60 y 90 derramó 16,8 millones de galones de petróleo en la Amazonia; 18,5 millones de galones de aguas tóxicas en ríos, y quemó 235 mil millones de pies cúbicos de gas. La contaminación persiste 20 años después de que TEXACO abandonó el país y ha migrado a zonas habitadas de la Amazonía. En los 350 pozos hay 880 piscinas llenas de productos contaminantes.

[2] Actualmente, hay unas 380 ppm (partículas por millón) de CO2 en la atmósfera, mientras que antes de 1800 (durante unos 10.000 años) hubo usualmente unas 280 ppm.

[3] Unas 90 compañías son las culpables del cambio climático. Cuba Debate, 21-11-13

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